martes, 17 de noviembre de 2009

Se viene el verano (del 98)

Al final todo les podía pasar a esos muchachos: mucha bici, mucho barco... pero era todo un quilombo.
Hablaban de ternura (curiosamente indefinida) pero siempre había más de uno que era un soberano hijo de puta, y cuando profetizaban las ganas de volar, es obvio que se referian de este disco.
Inventaban esperanza, la compartían en 8 porciones, pero siempre la más grande se la quedaba el que tocaba la guitarra. Pibas de 16 embarazadas, homofóbia, sectas, Nahuel Mutti...

No es fácil vivir en el delta del Tigre.


3 comentarios:

Tomás en Shorts dijo...

uno de los mejores discos de la historia de la vida del universo de dios

ignacio dijo...

La verdad que muy buena la crítica, me vendió el disco a foul

vic dijo...

un discazo